¿Es Chile un país racista?
- Natalia Zamorano
- 8 may 2017
- 3 Min. de lectura

En general el racismo en Chile actúa de modo encubierto, se practica sin reconocerse como tal, y no suele ser tema de discusión. El tema ha sido poco investigado en el país, sólo en los últimos años han comenzado algunas investigaciones aisladas a trabajar al respecto. La pregunta es: ¿Es Chile un país racista? Al plantear esta pregunta, en Chile es inevitable pensar contra quién. En primer lugar existe racismo en contra de los Mapuches. Podemos decir que el racismo contra el pueblo mapuche se remonta a la colonia, época en la cual conquistadores europeos querían gobernar y apoderarse de las riquezas de América, sintiendo como amenaza los pueblos originarios. Tanto españoles y luego chilenos, han tratado de imponer su religión, costumbre, lenguaje, entre otros, a esta etnia. En el Chile actual, por el solo hecho de tener apellidos de origen mapuche, personas son discriminadas en su acceso al trabajo, la educación, justicia y otros derechos básicos de esta sociedad, provocando que cambien sus apellidos para evitar la discriminación de origen. Igualmente, existe un prejuicio hacia esta minoría étnica, arraigado en la población: se piensa que comenten más crímenes, sufren de alcoholismo y provocan vandalismo hacia los blancos. Solo hay que recordar el conflicto de la Araucanía. Un 82% de los Mapuches considera que Chile es muy fuerte el nivel de conflicto entre indígenas y no indígenas. El 31,6% se ha sentido discriminado por pertenecer a un pueblo originario y el 39,8% estima que la justicia favorece más a las personas no indígenas. Estas son algunas de las percepciones que reveló la Primera Encuesta de Relaciones Interculturales del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), aplicada a 2.806 personas en el 2012. Otro ejemplo de racismo es el que existe contra inmigrantes, principalmente peruanos, la que ha aumentado fuertemente en las últimas décadas. Ya que, Chile se ve incapaz de acoger a todos los extranjeros a nuestra sociedad, rechazando sus costumbres y origen. Sumado a lo anterior, aparece la rivalidad que históricamente ha existido tenido contra los peruanos, y que se relaciona con conflictos limítrofes que vienen desde la guerra del Pacífico, conflicto que fue mediado por el tribunal de la Haya, resolución que molestó a grupos nacionalistas más extremos. Históricamente los chilenos hemos sido más tolerantes con la inmigración desde países visualizados como “mejores”, por ejemplo los europeos, pues se piensa que aportan más a la cultura. A su vez, sentimos rechazo hacia culturas que creemos “inferiores” como la citada, ya que solemos compararnos con ellos para demostrar nuestra “superioridad”. Es decir, la sociedad chilena no es que se plantee contraria a la inmigración, sino que rechaza un tipo de inmigrantes, clasificados según la raza. Una encuesta sobre inmigración realizada por el gobierno en el 2008 en tres regiones del país reveló que una media de un tercio de inmigrantes de países vecinos ha sufrido algún tipo de discriminación, y en el norte del país la proporción es mucho mayor. A pesar de las campañas gubernamentales realizadas. Por último, existe racismo contra las personas de piel oscura. El ser humano muchas veces quiere sentirse superior o simplemente todo lo desconocido o diferente le hace comportarse de manera hostil y cruel. Las batallas por el color de piel durante la historia de la humanidad han sido las más violentas, y lamentablemente las más cercanas a la actualidad. Dada esta cercanía temporal, en Chile existen comportamientos racistas hacia personas de piel oscura que viene desde la colonia. Pese a que Chile fue el segundo país de América en abolir la esclavitud, a las personas de piel oscura se les considera menos inteligentes, por lo que suelen efectuar trabajos poco calificados, o vinculados con robo, prostitución, tráfico. El considerarlas menos inteligentes se basa en concepciones erradas, ya que se argumenta por ejemplo que la raza blanca tiene mejores resultados académicos, sin tomar en cuenta que los niños de piel oscura suelen sufrir problemas sociales que les impiden alcanzar su plenitud escolar y no por causa de problemas cognitivos. Según el estudio piloto de caracterización de la población afrodescendiente de Arica, un 40,8% de personas de piel oscura se han sentido discriminadas y avergonzadas por su color de piel. En conclusión, podemos comprender el racismo contemporáneo como una herramienta exitosa para perpetuar la exclusión y la vulneración de derechos, reforzando la estigmatización de los grupos vulnerables. Por lo tanto, el racismo es un tema, no menor, en nuestro país y debemos fomentar un cambio de actitud. Por ejemplo, hablando en los colegios, enseñarles el respeto por la diversidad, recalcando la importancia del valor de la humanidad (somos iguales en esta especie) y tenemos los mismos derechos, sin importar nuestro color, apellido, nacionalidad o clase. De esta manera, las futuras generaciones tendrán valores y conocimiento sobre este tema, y podremos tener un Chile más tolerante, libre de racismo.
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